Tras un año de pausa debido a la JMJ del verano pasado, ha vuelto a tener lugar la experiencia MAG+S ReCordar del 1 al 10 de agosto. Esta vez el lugar de encuentro fue el colegio Sagrado Corazón de Jesús en León, hospedándose en las habitaciones de las antiguas comunidades del colegio y de la curia de Castilla, y pudiendo hacer uso de la capilla, oratorio, aulas, patios, jardines y demás instalaciones colegiales.
Han participado quince jóvenes -seis mujeres y nueve varones- de entre 22 y 38 años, acompañados por la religiosa Esclava del Sagrado Corazón Montse Chías aci., y los jesuitas Alberto Cano sj., Lucas Alcañiz sj., y Fonfo Alonso-Lasheras sj. Como en otras ediciones, han sido los acompañantes quienes se han encargado de la dimensión formativa de los tres primeros días de experiencia, y del acompañamiento diario que permite individualizar y personalizar los ejercicios espirituales posteriores. Han sido días bonitos en los que -cada joven con su encrucijada y búsqueda vocacional- ha mirado su vida para “volver a pasarla por el corazón” y poder percibir el paso de Dios por ella e intentar descubrir hacia dónde le sueña.
Junto a los tres pilares -formación, oración, acompañamiento- el testimonio ha hecho parte fundamental de la experiencia. Por un lado el de Mario y María, que llegaron desde Valladolid para contaron su vivencia de fe en el matrimonio. Y por otro, el de Marta Romay y el Hermano Chema Tejedor sj. quienes con su palabra, pero sobre todo con su servicio durante toda la experiencia, nos han mostrado en qué consiste esto del seguimiento al Cristo “pobre y humilde” que San Ignacio nos propone en los Ejercicios Espirituales. Ambos se han encargado de cocinar y dar de comer a todos los participantes durante los diez días.
Al final de la experiencia, e independientemente de las preguntas que cada uno traía, se terminó con la certeza de haber crecido en conocimiento racional y en conocimiento interno del modo de estar y actuar de Dios en nuestras vidas. Un modo sutil, que en muchas ocasiones, más que darnos una respuesta arrolladora, nos cambia las preguntas y dirige la mirada hacia los márgenes del camino, hacia orillas inesperadas.
