La música es un lenguaje universal que nos conecta con lo trascendental, y dentro de la espiritualidad ignaciana, adquiere también para nosotros un significado profundo. En la red MAG+S, la música no solo es una forma de expresión, sino también un camino para la oración y la comunión con lo divino.
El proyecto TSNC es un claro ejemplo de cómo la música puede ser un vehículo para acercar a las personas a Dios. A través de sus letras y melodías, alimentan el espíritu de aquellos espíritus buscadores, sedientos de una música que resuene en el alma. Un espacio donde los sonidos se convierten en puentes hacia lo sagrado. “Hoy yo me ofrezco” o “Algo Nuevo” son algunos de los títulos compuestos por este grupo.
Otro ejemplo inspirador es el trabajo realizado por MAGIS.cat, que desde la Pascua de Raimat ha estado creando música con un propósito espiritual. El álbum “Hi eres tu?” es el resultado de un proyecto ambicioso que busca recopilar canciones de oración para hacerlas accesibles a la comunidad a través de plataformas digitales. Aunque muchas de las canciones están en catalán, su mensaje trasciende hacia un lenguaje universal. Destaca entre otros “Maldita sea la cruz”, una versión musicalizada de un poema de Pere Casaldáliga.
En los coros que acompañan las eucaristías de jóvenes son habituales encontrar estas y otras muchas canciones, poniendo no sólo palabra, sino también color y profundidad al mensaje del Evangelio.
La música, uno de los lenguajes más antiguos de la humanidad, sigue presente en nuestra red ¿Qué canciones nos recomiendas?